Porque la universidad es otra cosa

Ya es víspera de Navidad, es víspera del más significativo nacimiento de la historia de la humanidad y de la divina historicidad, es la víspera del nacimiento de Jesús que obliga a la reflexión para la rectificación.
Es tiempo del abrazo uasdiano, es tiempo de un efusivo abrazo dominicano, es tiempo de la irradiación mundial del concepto solidario por la familia, es tiempo de paz, es el tiempo de asumir el compromiso por los demás:
«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo».
• Juan 16:33:
Os reconoceréis, que La Paz heredada como hijos del que vendrá, porque ya ha venido y permanecerá, no está basada en las buenas circunstancias. Ha sido dada, y sostenida, sin importar circunstancias, sin importar quién o quienes se opongan a su permanencia entre nosotros, es la paz que se obliga a permanecer entre nosotros.
Celebrar y expresar con aleluya, aceptar con fervor la satisfacción por los tiempos vividos y por vivir, tomando en consideración, que para vivir hay que nacer y el significativo nacimiento que celebramos en el presente, dignifica la existencia del Hallelujah.
Es que Hallelu es alabanza, o adoración y Jah, significa Dios, señalando su nombre que reveló a Moisés cuando dijo, Yo Soy» que en hebreo es similar a Yahvé o Jehová. Esto es alabar a Dios. Es Navidad, es la víspera, esperémosla en paz, esa paz heredada, es nuestra, que con la gracia de Dios permanezca entre nosotros y por siempre.
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”
• Isaias 9:6